Día tras día es mi sufrimiento personal tener que entrar y salir de mi portal y no encontrar tu coche esperándome para marchar. Escuchar como rechinan sus ruedas en el asfalto al parar delante de mi esperándome para una nueva aventura juntos.. Escuchar la música desde el principio de la calle y saber que eras tú. Sobretodo lo que hace especial a tu coche era ver al gatito que te había regalado en San Valentín detrás... Eso lo hacía único.
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